atardecer y amanecer en las calas más bellas de la isla
Hacia una de ellas, Porroig, nos dirigimos nuestra primera tarde, nada más llegar. La espectacular puesta de sol nos confirmó que estas vacaciones iban a ser únicas. Frente a las casetas varadero que salpican la bahía preparamos nuestra primera cena bajo las estrellas. Para un capitán como yo, que lleva meses en la isla, unos embutidos de Salamanca y un buen Jabugo te suben al séptimo cielo gastronómico! La brisa nos meció hasta el amanecer. Esa noche todos dormimos en los camarotes… aún no le habíamos cogido el pulso a la isla.
Despertad, chicas! Es una preciosa mañana de domingo, y el viento nos va a llevar a cala d´Hort, otra de las más encantadoras calas de Ibiza. Un desayuno a base de tostadas con tomate y aguacate, fruta y café nos da energía para subir la mayor, sacar Génova y poner rumbo al oeste con ansias exploradoras.
Recorrer las playas de San Josep de Sa Talaia por primera vez es una experiencia fascinante: Navegamos bordeando Es Cucó, Sa Caixota, Cubells, el Cap Llentrisca que nos dejó a la vista la magnética Es Vedrá, el paisaje onírico de Atlantis, los acantilados de Racó d’es Materet y su cueva hippie decorada con todo tipo de objetos… Han pasado solo unas horas y ya estamos embriagándonos de ese espíritu tan místico que rodea a la isla.
Una vez fondeados en nuestro destino, nos vamos a pegar ese capricho imprescindible en cualquier viaje en catamarán: encargar una paella para que nos la lleven al barco. Otro día bajaremos a comer en el restaurante, pero estamos demasiado a gusto en casa como para movernos de aquí. Cala d´Hort tiene varios locales famosos: nuestro elegido lleva el mismo nombre que la cala. Para otra ocasión probaremos a comer los arroces y pescados en alguno de los otros.
Restaurante cala d´Hort: 971 93 50 36. El Carmen: 971 18 74 49. Es Boldadó: 626 49 45 37
El resto del día nos quedaremos de relax, entre paddle surf, siestas y lectura. Nos ha encantado esta playa, y decidimos tomarla como mecedora de nuestros sueños. ¿Empiezan a vaciarse los camarotes y a llenarse durmientes la cubierta?
El lunes nos esperan las aguas cristalinas de cala Conta, un poco más al norte. Es una placentera mañana donde tomamos el sol, nos bañamos y practicamos algo de deporte sobre las tablas, antes de seguir hacia Port de Sant Miquel. A mitad tarde, optamos por fondear en Benirrás. De repente emana de la ladera un pequeño recital de trompeta, acompañado de los aplausos al sol poniente. Fascinante. Esa noche Noa, Begoña y yo dormiremos en cubierta de nuevo, con el firmamento como único tejado.
El martes nos pilla norteños: Portinatx, faro des Moscarter y cala d´en Serra. Decidimos pasar el resto del día en el subyugante enclave de Punta Grossa, con sus paredes arrugadas como si se tratara de un anciano que te brinda su hospitalidad.
La tarde pasó entre juegos dialécticos y risas desenfrenadas, paseos por cuevas e islotes, con la paz que procura la ausencia de red en el móvil. Hoy se suma a la noche de estrellas Estibaliz y los 4 nos dormimos con la mente puesta en el amanecer. No defraudó. La sinfonía de colores presagiaba un gran día…